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Creatividad no es inteligencia

León Trahtemberg
Educador

Michael Michalko, experto en el pensamiento creativo habla sobre lo que caracteriza las estrategias de pensamiento creativo de genios de la historia como Einstein, Edison, da Vinci, Darwin, Picasso, Miguel Angel, Galileo, Freud y Mozart. (“How Geniuses Think”; creativitypost,  28/04/2012). Demuestra que no existe una relación directa entre inteligencia y creatividad, la cual más bien es el resultado de una manera especial de pensar.

Por ejemplo, cuando se pregunta ¿Cuál es la mitad de 13? la mayoría de personas diría 6.5 lo cual es resultado de un pensamiento reproductivo. Es decir, aquél que busca en la base de datos cerebral un enunciado similar de modo que la respuesta se basa en la experiencia pasada  acumulada, excluyendo otras opciones. En cambio los genios creativos piensan de modo productivo. Confrontados con ese problema pensarían “¿de cuántas maneras diferentes puedo resolverlo?” planteando soluciones no convencionales. La mitad de trece podría ser 1 y 3,  tre-ce, XI y II (en romanos), VIII (mitad del romano XIII), etc.

Michalko encontró que los genios creativos miran los problemas de maneras muy diferentes. La primera mirada al problema suele ser muy prejuiciada o estereotipada por lo que  reconceptualizan los problemas desde distintas perspectivas. Este cambio ayuda a entender mejor el problema y escoger otras opciones de solución.

Los genios creativos hacen visibles sus pensamientos mediante lenguajes paralelos al verbal o numérico como los gráficos, dibujos, esquemas, diagramas, haciendo uso de sus habilidades visuales y espaciales que les da mucha flexibilidad para expresarse.

Los genios creativos son muy productivos. Thomas Edison produjo 1.093 patentes. Mozart produjo más de seiscientas piezas de música. Einstein publicó 248  documentos de investigación. En un estudio de 2.036 científicos, Dean Simonton (U. Kean, Davis, California) encontró que los más respetados genios no solo produjeron grandes obras, sino también otros trabajos menores. Es de esa enorme cantidad de trabajos que devinieron los de más calidad.

Los genios creativos hacen combinaciones originales. Simonton (Genios Científicos, 1989) sugiere que los genios lo son porque están en  constante combinación y recombinación de ideas, imágenes y pensamientos en su consciente y subconsciente. La  ecuación de Einstein, e = mc2 no implica que haya inventado los conceptos de energía, masa o velocidad de la luz, sino la  combinación novedosa de estos conceptos.

Los genios creativos establecen relaciones y yuxtaposiciones originales entre objetos diferentes permitiéndoles ver cosas que otros no ven. Leonardo da Vinci forzó una relación entre el sonido de una campana y una piedra de agua que golpea permitiéndole establecer que el sonido viaja en ondas.

Los genios creativos pueden integrar situaciones opuestas o incompatibles. Thomas Edison concibió la iluminación a partir de la combinación del cableado en circuitos en paralelo con los filamentos de alta resistencia en sus lámparas, algo inaccesible para pensadores convencionales.

Los genios creativos piensan metafóricamente. Thomas Edison inventó el fonógrafo un día  después de desarrollar una analogía entre un embudo de juguete y los movimientos de un hombre de papel y las vibraciones sonoras. Einstein explicó muchos de sus principios abstractos trazando analogías con sucesos cotidianos, como remar en un bote o de pie sobre una plataforma, mientras que un tren pasó de largo.

Los genios creativos trabajan con el azar. Cada vez que intentan hacer algo y fallan terminan  haciendo algo adicional. Es el accidente creativo que les provoca la pregunta ¿qué hicimos? para   luego producir nuevas respuestas. Alexander Fleming no fue el primer médico en estudiar las bacterias mortales, pero él se concentró en el tema para ver si tendría una utilidad potencial, lo  que luego derivó en el descubrimiento de la penicilina.

En suma, los genios creativos lo son no por su inteligencia o porque sean expertos en qué pensar sino en cómo pensar. Seis alumnos de Enrico Fermi ganaron premios Nobel, así como cuatro de Ernest Lawrence y Niels Bohr y 17 de J. Thompson y Ernest Rutherford. Obviamente estos premios Nobel fueron capaces de transmitir a otros la manera de pensar de modo creativo.

¿Cuál es la conclusión para los educadores? Si queremos que nuestros alumnos desarrollen su pensamiento creativo debemos ayudarlos a “Think Different” -en palabras de Steve Jobs, el genio creativo de Apple-. Eso exige alejarse de toda forma de rigidez curricular y pedagógica, fomentando la libertad para producir pensamientos originales.

Fuente
http://www.trahtemberg.com/articulos/2000-creatividad-no-es-inteligencia.html